Bush intensifica la guerra contra los inmigrantes
Redadas, deportaciones en masa y campos de concentración
Revolución #026, 12 de deciembre de 2005, posted at revcom.us
El 28 de noviembre el presidente Bush fue al cuartel general de la 12 Fuerza Aérea y el Comando Sur, cerca de Tucson, Arizona, para anunciar una escalada de una campaña militar contra una población civil pobre. Esta guerra cruel y cobarde ya ha hundido en el sufrimiento, la miseria y la muerte a un sinnúmero de seres humanos.
No es la guerra de Irak o Afganistán, sino la que están librando aquí contra los inmigrantes sin papeles.
Hablando ante militares, agentes de la Patrulla Fronteriza y tipos del Departamento de Seguridad de la Patria, Bush pintó un cuadro escalofriante del futuro para los inmigrantes: un país rodeado de cercas donde cazan a los indocumentados en las zonas rurales y las ciudades, y los deportan sin trámites judiciales o los meten en una red de campos de concentración a lo largo de la frontera.
Anunció nuevas medidas para darle más movilidad y la más moderna tecnología a la Patrulla Fronteriza para cazar a campesinos que cruzan la frontera en busca de trabajo. Aumentará el presupuesto de la Migra (que ahora es parte del Departamento de Seguridad de la Patria) un 60% y la cantidad de agentes un 30%. Han despachado más agentes a la frontera y enviarán más al corredor de Tucson, donde cruza la mayoría de los inmigrantes.
Están construyendo nuevos muros y barreras, y extendiendo el muro de 23 kilómetros que ya bloquea la frontera cerca de San Diego, California. Los reforzarán con equipo de alta tecnología, como aviones no tripulados equipados con videocámaras. Esas medidas dificultarán cruzar la frontera y empujarán a más inmigrantes hacia las zonas desérticas, donde cada año muchos ya mueren.
Además, Bush quiere cambiar las leyes. El 85% del millón de personas que deportan al año son mexicanos, y a la mayoría los deportan a las 24 horas de capturarlos. Pero 160,000 son de otros países y por lo general les dan una cita para una audiencia y los ponen en libertad porque no tienen cárceles donde meterlos. La mayoría no comparece. Bush dijo que en el futuro no los pondrán en libertad. También quiere cambiar una ley que dicta soltar a un indocumentado cuyo país no quiere repatriarlo.
¿Y qué les pasará a todos los que no van a poner en libertad? Los meterán en campos de concentración. Bush anunció una expansión de la red de centros de detención a lo largo de la frontera para meter a los centenares de miles de inmigrantes que van a encarcelar, a veces por meses y a veces indefinidamente. También quiere dificultar la apelación de las decisiones de la Migra a los tribunales.
Desde hace años, la frontera es una zona militarizada, con muros, luces, cámaras y un montón de agentes. Hay una segunda "frontera" con retenes a unos 150 kilómetros más al norte. Pero incluso más allá de esa línea uno no está a salvo. Hay agentes de la Migra en las estaciones de policía y en los tribunales. En Los Ángeles, la policía entrega a la Migra a los arrestados que no pueden acusar de nada. En los últimos diez años han llevado a cabo menos redadas de lugares de trabajo, pero Bush quiere cambiar esto y propuso aumentar el presupuesto para las redadas en 50%.
Hace varios meses, el gobierno llevó a cabo la "Operación Rollback", que Bush llamó "el mayor operativo en los lugares de trabajo de la historia nacional". También están arrestando y deportando a centenares de jóvenes centroamericanos. Bush dijo que estos son buenos ejemplos de lo que viene.
Habló de un programa de "trabajadores invitados", pero en realidad esta es otra medida de represión. Según el plan, los indocumentados se presentarán al gobierno y recibirán una tarjeta nacional de identificación especial, siempre y cuando estén trabajando en "los trabajos que los estadounidenses no quieren hacer".
Bush dijo que el propósito del plan es "permitir que los trabajadores salgan de las sombras", o sea, que el gobierno sepa dónde están. Después de vivir seis años en Estados Unidos, tendrán que irse. No se les permitirá solicitar residencia ni ciudadanía. Un activista dijo que es: "¡trabaja duro, paga impuestos y vete al diablo! Te damos la bienvenida a hacer los peores trabajos, pero no a ser parte de la sociedad".
Por supuesto Bush nunca mencionó la devastación económica que Estados Unidos ha causado en México, especialmente en los últimos diez años con el TLC/NAFTA. Debido a la exportación sin restricción de productos agrícolas estadounidenses subvencionados, 1.7 millones de campesinos mexicanos han tenido que abandonar la tierra, y diez veces más, unos 15 millones, han perdido gran parte de los ingresos. El TLC también ha perjudicado la manufactura para el mercado nacional, y el pequeño aumento de trabajos en las fábricas que producen para la exportación no ha compensado la catástrofe del campo.
Después del discurso, los derechistas pidieron medidas más represivas, como un muro a lo largo de toda la frontera. Pero las medidas propuestas tendrán consecuencias de ancha repercusión.
Los trabajadores sin papeles son parte integral de la sociedad estadounidense, donde las comunidades inmigrantes proveen uno de cada siete trabajadores. Varias industrias, como la construcción, la agricultura y los restaurantes, dependen de los trabajadores sin papeles.Hace poco el Los Angeles Times señaló que los indocumentados pueden conseguir préstamos para comprar carros y seguros, pero no licencia de conducir. La gran mayoría tienen familiares que son ciudadanos o residentes.
Bush propone desplazar las operaciones de la Migra de las zonas remotas a las calles de las grandes ciudades para hacer redadas de fábricas, deportar, separar a familiares y compañeros de trabajo, y obligar a escoger entre esconderse más o entregarse al gobierno a cambio de un breve alivio. En los próximos meses seguramente van a redoblar la propaganda y la represión para azuzar un frenesí contra los inmigrantes, como parte de todo un pacto social reaccionario.
El L.A.Times informó el 7 de noviembre que "la inmigración ilegal ha surgido como un tema central de las campañas políticas por todo el país, y los republicanos esperan aprovecharlo para entusiasmar a su base conservadora… Unos estrategas republicanos dicen que les da la oportunidad de reavivar sus malas fortunas ante el descontento popular por la guerra de Irak, la respuesta al huracán Katrina y los escándalos éticos. ‘Para ellos es el mejor tema posible’", dijo Bay Buchanan, fundadora de un grupo que recluta y recauda dinero para candidatos dispuestos a parar la inmigración ilegal, y hermana de Pat Buchanan, el reaccionario que ha dicho que la inmigración está llevando a la "muerte del Occidente".
Es verdad que Bush quiere aprovechar el tema para sacar provecho, pero no es simplemente una maniobra política. Está respondiendo a importantes preocupaciones estratégicas de la clase dominante sobre cómo forjar e imponer un nuevo pacto social, sin olvidar su impacto (económico, político y social) en el país, el hemisferio y el mundo entero.
Los que vivimos en este país debemos oponernos a esas medidas draconianas y ponernos del lado de los inmigrantes con o sin papeles. No podemos permitir que este gobierno los aísle y los ataque, y tenemos que luchar contra esta nueva ofensiva como parte integral del movimiento para sacar corriendo al gobierno de Bush.